ÁNGELES Y ARCÁNGELES




Pues te encomendará a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos y ellos te levantarán en sus palmas para que tus pies no tropiecen con las piedras. Salmos 91: 11, 12


¿QUÉ SON LOS ÁNGELES?


Los ángeles son espíritus ministradores enviados por Dios para hacer Su voluntad:


“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”(Hebreos 1:14).


El título ángel significa “mensajero”.


EL ORIGEN DE LOS ÁNGELES


Los ángeles fueron creados por Dios:


“Alabadlo, vosotros todos sus ángeles; alabadlo, vosotros todos sus ejércitos. Alaben el nombre de Jehová, porque él mandó, y fueron creados” (Salmos 148:2,5).


“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).


Todos los ángeles eran justos y santos cuando fueron originalmente creados. Ellos adoraban y servían al único Dios verdadero. Después, algunos ángeles se revelaron contra Dios y perdieron su posición como ángeles. Ellos se convirtieron en parte de una fuerza del mal llamada “demonios”.


Existen ahora dos clases de ángeles: buenos ángeles, los cuales son el tema de este capítulo, y los ángeles malignos (demonios) los cuales serán tratados en el capítulo seis de este curso.


LA ORGANIZACIÓN DE LOS ÁNGELES


Los ángeles del bien ha sido organizados por Dios en un orden especial. La Biblia no revela los detalles de ese orden, pero indica esa organización:


“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16 ver también Efesios 3:10).


La organización del mundo invisible es descrita aquí en términos de tronos, dominios, principados y potestades. No nos son dados detalles de esta estructura. Aprenderás luego como Satanás ha imitado esta organización en su propia estructura de fuerzas malignas.


LA CLASIFICACIÓN DE LOS ÁNGELES


Existen literalmente multitudes de ángeles (Lucas 2:13-15) los cuales son aparentemente clasificados conforme los deberes que cumplen. Estas son las principales clasificaciones de ángeles:


Mensajeros:


Esta clase de ángeles es probablemente la mayor en número. Estos son los ángeles que componen el grupo innumerable visualizado por Daniel (Daniel 7:10), que llevan adelante la voluntad de Dios en el cielo y la tierra. Este es el grupo que usualmente se relaciona con el creyente en términos de la guerra espiritual. Ellos interpretan la voluntad de Dios, protegen, proveen guía, traen las respuestas a la oración, anuncian, advierten, instruyen, llevan juicio, animan, sustentan, libertan, e interceden a favor de los creyentes.


Ángeles electos:


Sólo una referencia se hace a los ángeles escogidos en 1 Timoteo 5:21. No existe información adicional dada sobre este grupo.

Querubines


Esta clasificación de ángeles aparece por primera vez en Génesis 3:24. Son también mencionados como parte del arca del pacto (Éxodo 25:18-22). Ezequiel menciona estos seres y los describe como teniendo cuatro apariencias; la cara de un león, la cara de un buey, la cara de un hombre, y la cara de un águila (Ezequiel 1:3-28; 10:22). El simbolismo del querubín sugiere que ellos son las criaturas vivientes que rodean el trono de Dios en Apocalipsis 4:6. Parece que ellos son el orden superior de los ángeles, los guardianes de Dios.


Serafines:


Este grupo es mencionado en Isaías 6:2,6. Su posición es encima del trono de Dios en contraste con la posición de los querubines que rodean Su trono. El deber de estos ángeles parece ser liderar en el cielo la adoración a Dios.


Criaturas vivientes:


Este grupo de ángeles es mencionado en Apocalipsis 4:6,8; 5:6. Este título presenta a estos ángeles como manifestando la plenitud de la vida divina, cuyo ministerio principal parece ser la adoración a Dios.


Ángeles individuales:


En adición a las diferentes clasificaciones de ángeles, existen algunos ángeles individuales mencionados por su nombre en la Biblia:


Miguel:


Miguel el arcángel es mencionado por su nombre en Daniel 10:13,21; 12:1; Judas 9; y Apocalipsis 12:7. Él es el único ángel llamado arcángel. Es presentado como teniendo el mando sobre un ejército de ángeles en Apocalipsis 12:7 y se dice que es el príncipe del pueblo de Israel en Daniel 10:13,21; 12:1.


Gabriel:


El significado de su nombre es “poderoso”. Es mencionado en Daniel 8:16, 9:21, y en Lucas 1:19,26. Siempre se lo comisiona para entregar un mensaje importante de parte de Dios. Es Gabriel el que interpretó la visión de Daniel en 8:16; 9:21 y el que anunció el nacimiento de Juan y el de Jesús en Lucas 1:19,26.






Grupos especiales de ángeles:


La Biblia además menciona grupos especiales de ángeles que incluyen:


Ángeles de las siete iglesias: Apocalipsis 1:20


Cuatro ángeles que controlan los vientos: Apocalipsis 1:7


Siete ángeles que están delante de Dios: Apocalipsis 8:2


Siete ángeles que administran la siete últimas plagas: Apocalipsis 15:1,7


24 ancianos (estos pueden ser seres angélicos): Apocalipsis 4 y 5


LOS ATRIBUTOS DE LOS ÁNGELES


Recordarás del último capítulo que los atributos son características de personalidad o características de un individuo. Los ángeles...


 .-Son espíritus: Hebreos 1:14


.- No tienen sexo: Lucas 20:34-36


.- Son inmortales: Mateo 22:28-30


.-Tienen tanto formas visibles como invisibles: Números 22:22-35


.- Aparecen con la semejanza de forma humana: Génesis 19:1-22; 18:2,4,8


.- Tienen emociones: Lucas 15:1-10 (ángeles regocijándose)






 .-Son seres glorificados: Lucas 9:26


.- Son inteligentes: 2 Samuel 14:20


.- Son dóciles: Judas 9


.-Son poderosos: Salmos 103:20; I1 Pedro 2:11


.-No tiene necesidad de descansar: Apocalipsis 4:8


.- Viajan a velocidades increíbles: Apocalipsis 8:13; 9:1


.- Hablan en idiomas: 1 Corintios 13:1


.- Son innumerables: Lucas 2:13; Hebreos 12:22; Salmos 68:17: Marcos 1:13; Apocalipsis 5:19


.- Son inmortales: Lucas 20:34-36


.-No se casan ni tienen hijos: Lucas 20:34-36


.-Son obedientes: Salmos 103:20


.- Son santos: Apocalipsis 14:10; Marcos 8:38


.- Son reverentes: su actividad más importantes es adorar a Dios: Nehemías 9:6; Filipenses 2:9-11; Hebreos     1:6


Su esfera de actividad


Los ángeles son activos tanto en el cielo como en la tierra. La fuente de su poder está garantizada por Dios y gobernada por Él. Tienen acceso a la presencia de Dios en el cielo:


“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:10).


También son activos en la tierra. Esto está documentado por los variados ministerios y apariciones de ángeles a personas registrados en la Biblia.


El ministerio de los ángeles


Los ángeles ministran en muchas formas tanto en el cielo como en la tierra. Busca cada una de las siguientes referencias en tu Biblia. En la medida que estudias estos versos entenderás la importancia de los ángeles en la guerra espiritual.


El ministerio de los ángeles en el cielo incluye:


Adoración: Apocalipsis 4:8; 5:11; Isaías 6:3; Salmos 103:20; 148:1-2


Permanecer listos para hacer la voluntad de Dios: Salmos 103:20-21


Ministrar a los santos que han muerto en Cristo Jesús: Judas 9: Lucas 16:22


Representar a los niños de una manera especial: Mateo 18:10


Regocijarse por aquellos que aceptan el evangelio: Lucas 15:10


El ministerio de los ángeles en la tierra incluye:


Gobernar naciones: Daniel 10


Ministrar a los creyentes en tiempos de prueba: Mateo 4:11


Fortalecer a los creyentes: Lucas 22:43


Interpretar la voluntad de Dios para los hombres: Zacarías 1:9; Daniel 7:16


Guiar a los creyentes: Hechos 8:26


Traer juicio sobre individuos o naciones: Hechos 12:23; Génesis 19:3; 2 Samuel 24:16: Apocalipsis 16:1


Traer respuestas a la oración: Daniel 9:21-22


Anunciar: Lucas 1:11-20; Mateo 1:20,21


Advertir: Mateo 2:13


Instruir: Mateo 28:2-6; Hechos 10:3-6; Daniel 4:13-17


Animar: Hechos 27:23; Génesis 28:12


Revelar: Hechos 7:53; Gálatas 3:19; Hebreos 2:2; Daniel 9:21-27; Apocalipsis 1:1


Sustentar: Mateo 4:11; Lucas 22:43


Preservar: Génesis 16:7; 24:7; Éxodo 23:20; Apocalipsis 7:1


Proteger: Salmos 91:11


Libertar: Números 20:16; Salmos 34:7; Isaías 63:9; Daniel 3:28; 6:22; Génesis 48:16; Mateo 26:53; Hechos 12:1-19


Destruir: Hechos 12:20-23


Interceder: Zacarías 1:12; Apocalipsis 8:3,4


Las actividades futuras de los ángeles incluirán:


Participar en el regreso de Jesús: 1 Tesalonicenses 4:16


Reunir a los escogidos: Mateo 24:31


Advertir y predicar durante la tribulación: Apocalipsis 14:6-9


Separar a los justos de los injustos: Mateo 13:39 y 49


Atar a Satanás: Apocalipsis 20


LOS ÁNGELES Y LA GUERRA ESPIRITUAL


Los ángeles mensajeros son los que usualmente se relacionan con el creyente en términos de la guerra espiritual. Ellos interpretan la voluntad de Dios, protegen, proveen guía, traen respuestas a las oraciones, anuncian, advierten, instruyen, traen juicio, animan, sustentan, libertan, e interceden a favor de los creyentes en la batalla.


Muchos creyentes no se han aprovechado de la ayuda disponible de parte de los ángeles porque no han sido enseñados con relación a su función en la guerra espiritual. Ellos son “espíritus ministradores” y pueden ministrar para ti como también a ti. Puedes pedirle a Dios que despache ángeles para asistirte en la batalla. El Rey David hizo esto. Él oró...


“... y el ángel de Jehová los acose... y el ángel de Jehová los persiga” (Salmos 35:5-6).


Lee los siguientes registros bíblicos de la participación de los ángeles en la guerra contra el enemigo: 2 Reyes 19:35; 2 Crónicas 32:21; Isaías 37:36; Apocalipsis 12:7


Advertencias importantes


Los ángeles son seres santos con importantes ministerios a favor de los creyentes. Son parte de las fuerzas espirituales del bien así como la Trinidad de Dios. Pero la Biblia nos da algunas advertencias en relación con los ángeles:


No adorarlos:


No has de adorar a los ángeles:


“Que nadie os prive de vuestro premio haciendo alarde de humildad y de dar culto a los ángeles (metiéndose en lo que no ha visto), hinchado de vanidad por su propia mente carnal” (Colosenses 2:18).


“Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Después que las hube oído y visto, me postré a los pies del ángel que me mostraba estas cosas, para adorarlo.9 Pero él me dijo: ¡Mira, no lo hagas!, pues yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!” (Apocalipsis 22:8-9).


Rechazar a los ángeles que predican “otro evangelio”:


Algunas personas han declarado haber visto ángeles que les han dado una “nueva revelación” contraria a la Palabra escrita de Dios. Movimientos religiosos enteros han sido fundados sobre la base de tales revelaciones falsas. La Biblia advierte:


“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).


No has de escuchar a un hombre, un ángel o cualquier otro ser que te guíe en sentido contrario a la Palabra de Dios. Como aprenderás luego en este curso, una de las principales estrategias de Satanás es el engaño. La Biblia advierte:


“Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz” (2 Corintios 11:14).
No provocar a los ángeles:
Lee la historia de Balaam en Números 22, un profeta que actuó en desobediencia a Dios. Notarás que se le opuso un ángel del Señor. Cuando eres desobediente a Dios, los ángeles pueden obstaculizarte. Estarás peleando una batalla, pero no será guerra en contra del enemigo. Sé cuidadoso de no provocar los ángeles de Dios (Eclesiastés 5:1-6).





SAN  MIGUEL ARCÁNGEL
¿Quién como Dios?

(Hebreo “¿Quién es como Dios?”)





San Miguel es uno de los principales ángeles; su nombre era el grito de guerra de los ángeles buenos en la batalla emprendida en el cielo en contra del enemigo y sus seguidores. Su nombre se encuentra cuatro veces en la Escritura:
Daniel 10, 13 ss., Gabriel le dice a Daniel, cuando éste le pide a Dios que permita a los judíos volver a Jerusalén: “El príncipe del reino de Persia me ha hecho resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda”;
Daniel 12, 1 el Ángel hablando del fin del mundo y del Anticristo dice: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo.”
En la Epístola Católica de San Judas 1, 9: “En cambio el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él juicio injurioso, sino que dijo: «Que te castigue el Señor».” San Judas alude a la antigua tradición judía de una disputa entre San Miguel y Satán sobre el cuerpo de Moisés, lo cual también se puede encontrar en el libro apócrifo de la asunción de Moisés (Origen, “De principiis”, III, 2, 2). San Miguel concilió la tumba de Moisés; sin embargo Satanás al destaparla, trató de seducir al pueblo judío al pecado de la adoración heroica. San Miguel también resguarda el cuerpo de Eva, de acuerdo a la “Revelación de Moisés” (“Evangelios Apócrifos”, etc., ed. A. Walker, Edinburgh, p.647).
Apocalipsis 12, 7, “Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón.” San Juan habla del gran conflicto al final de los tiempos, que refleja también la batalla en el cielo al principio de los tiempos. De acuerdo a los Padres existe frecuentemente controversia de San Miguel en la Escritura donde no se menciona su nombre. Dicen que era el querubín que estuvo en la puerta del paraíso, “para guardar el camino del árbol de la vida” (Gen 3, 24), el ángel a través de quien Dios publicó el Decálogo para su pueblo escogido, el ángel que se puso en el camino para estorbarle a Balaam (Números 22, 22 ss.), el ángel que hirió al ejército de Senaquerib (II Rey 19, 35).
Según estos pasajes de la Escritura, la tradición cristiana le da a San Miguel cuatro oficios:
Pelear en contra de Satanás. Rescatar a las almas de los fieles del poder del enemigo, especialmente a la hora de la muerte. Ser el defensor del pueblo de Dios, los judíos en la Antigua Ley y los cristianos en el Nuevo Testamento, por tanto es patrono de la Iglesia y de las órdenes de caballeros durante la Edad Media. Llamar de la tierra y traer las almas de los hombres a juicio (“signifer S. Michael repraesentet eas in lucam sanctam”, Offert. Miss Defunct. “Constituit eum principem super animas suscipiendas”, Antiph. off. Cf. “Hermas”, Pastor, I, 3, Simil. VIII, 3).
Considerando su rango en la jerarquía celestial las opiniones varían; San Basilio (Hom. de angelis) y otros Padres Griegos, también Salmeron, Bellarmine, etc., ubican a San Miguel sobre todos los ángeles; dicen que se le llama “arcángel” porque es el príncipe de los demás ángeles; otros (cf. P. Buenaventura, op. cit.) creen que es el príncipe de los serafines, la primera de los nueve órdenes angélicos. Pero, de acuerdo a Santo Tomás (Summa, I:113:3) él es el príncipe del último coro y el más bajo, los ángeles. La liturgia romana parece seguir a los Padres Griego; lo llama “Princeps militiae coelestis quem honorificant angelorum cives”. El himno del Breviario Mozarábigo ubica a San Miguel incluso sobre los veinticuatro mayores. La liturgia griega lo llama Archistrategos, “general más alto ” (cf. Menaea, 8 Nov. and 6 Sept.).
Veneración Hubiera sido natural para San Miguel, defensor del pueblo judío, ser defensor de los cristianos, dándoles la victoria en contra de sus enemigos. Sin embargo, los primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus jefes militares: San Jorge, San Teodoro, San Demetrio, San Sergio, San Procopio, santo Mercurio, etc; pero a San Miguel le dieron el cuidado de sus enfermos. En Frygia, el lugar donde fue venerado por primera vez, su prestigio como sanador angelical obscureció su interposición en asuntos militares. Fue desde los primeros tiempos, el centro del verdadero culto de los santos ángeles. La tradición relata que en los primeros tiempos, San Miguel hizo una aparición medicinal en Chairotopa, cerca de Coloseo, donde todos los enfermos que bañaron ahí, invocando a la Santísima Trinidad y a San Miguel fueron curados.






SAN  GABRIEL ARCÁNGEL


Angel de la comunicación, Angel de la Paz


Uno de los tres ángeles citados por su nombre propio en la Sagrada Escritura. «Gabriel» significa «héroe de Dios». Aparece en el libro de Daniel y en el Evangelio de San Lucas. — Fiesta: 24 de marzo. Misa propia.
Gabriel es el «angélico mensajero». La máxima de sus intervenciones en la Historia de la Salvación es aquel sublime diálogo con María, encuadrado en toscos muros nazaretanos, pero reconocido por los cristianos de todo tiempo y lugar como el momento centro de la Historia humana. Nos sentimos atraídos irresistiblemente a contemplar a Gabriel en esta escena, como tantos creyentes y artistas de los siglos pasados y del actual. Pero antes fijemos brevemente nuestra mirada en las embajadas preliminares del arcángel, etapas progresivas de su misión de mensajero.
En primer lugar, Gabriel se aparece a Daniel para aclararle el sentido de una extraña visión que tuvo el profeta, en el año tercero del reinado de Baltasar. Era la visión del carnero y el macho cabrío, que se combatían ferozmente junto al río. Daniel, israelita en el destierro, fue el profeta de las grandes visiones históricas, proyectadas hacia la venida del Mesías. Dios le inspiraba las visiones y, casi siempre, también le sugería su interpretación. En esta ocasión Dios manda a Gabriel que explique la visión a Daniel. Daniel cae de bruces ante la presencia del Ángel, pero éste le levanta tocándole. Toda la Majestad de Dios ha sido comunicada a la presencia de su mensajero. Y manifiesta la visión, refiriéndola a los reinos que se sucederán en los siglos futuros.
Más tarde, en el reinado de Darío, vuelve Gabriel, «volando raudo» a la vera del profeta Daniel, para atender a su instante oración en favor del pueblo de Israel, oprobio de las gentes. Pronuncia la famosa profecía de las setenta semanas de años que transcurrirán hasta la llegada del Mesías. Ahí está Gabriel, en la más alta miranda del Antiguo Testamento, señalando ya el tiempo determinado por Dios para establecer su Alianza definitiva con la humanidad.
Salta Gabriel, con agilidad de arcángel, el puente del tiempo, y, al cumplirse el plazo anunciado por él mismo, de parte de Dios, vuelve a la tierra, a Israel. Aún no es el momento último, es el último preparativo. Viene a edificar el umbral del Nuevo Testamento, a anunciar a Zacarías, sacerdote del Altísimo, que el hijo de su ancianidad será el precursor del Salvador mismo, preparándole un pueblo debidamente dispuesto. Zacarías duda, y entonces Gabriel revela su personalidad y su misión: «Yo soy Gabriel, que asisto a la presencia de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas». Es uno de los siete ángeles que asisten a la presencia de Dios, como Rafael, dispuestos a llevar los más altos mensajes del Señor. Son los más sublimes arcángeles. Y así como Daniel cayó de bruces ante la presencia de Gabriel, aunque el mismo arcángel le levantó, Zacarías, que de la turbación no pasó a la fe sino que dudó de la profecía milagrosa, quedó enmudecido «hasta el día en que se cumplirán estas cosas».
Pero entre la profecía y el nacimiento de Juan tiene lugar el gran Anuncio, la suprema embajada que jamás criatura alguna ha recibido. Y la lleva el Arcángel Gabriel. Su palabra angélica lanzará el puente; la palabra humana de María, la esclava fiel, le pondrá orilla de destino; y la unión se consumará encarnándose la Palabra, el Verbo de Dios, la segunda Persona de la Santísima Trinidad.
San Lucas nos transmite la sobrenatural sencillez del diálogo, cuya oculta riqueza ha sido plasmada en colores a partir ya de los frescos catacumbales. Gabriel lleva la iniciativa, el mensaje de la Buena Nueva. María, ante tanta sobreabundancia de dones divinos, silenciosa, reflexiona, medita. El arcángel proyecta más luz aún sobre la arcana elección y desgrana los anuncios proféticos, dándoles tono de cumplimiento. María concebirá al Deseado da» las naciones, al Mesías. Ante la serena pregunta de la Virgen, puesta de repente frente al futuro de su maternidad, Gabriel lleva a la cumbre su revelación y anuncia el descenso del Espíritu Santo, del poder del Altísimo, que reposará sobre María, verdadera Arca de la Alianza, tabernáculo corpóreo de la Divinidad. Y añade una señal confirmativa: Isabel, la anciana, ha concebido un hijo.
Ante María, el panorama, inescrutable en toda su grandeza, profundidad y responsabilidad, de la maternidad divina-mesiánica. Por Gabriel ha hablado el mismo Dios, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios que sacó a Israel de Egipto, el Dios que va a venir a salvar a su Pueblo, a congregar a sus hijos de todos los confines de la tierra. Todo el mundo, gimiendo quizá inconsciente por la liberación, está expectante. Y María acepta: «Hágase en mí según tu Palabra». En ella toda la tierra ha aceptado el don del cielo, se ha consumado el matrimonio espiritual entre el Hijo de Dios y la naturaleza humana.
El arcángel había promovido la Fe, su misión quedaba sobradamente cumplida. Y se retira al tiempo que, en la preciosa simultaneidad recogida por el Ángelus popular, el Verbo de Dios plantaba su tienda entre los hombres, se encarnaba en las puras entrañas de la Doncella. Gabriel ya no aparece más en las Sagradas Letras con su nombre. Probablemente su voz descolló entre los coros angélicos que cantaron el nacimiento de Jesús en Belén y lo anunciaron a los pastores. Su misión había llegado ya a la cima en la Anunciación de Nazaret, ya se había ganado con todo mérito el título de Ángel de la Encarnación.







San Rafael, Arcángel

El Arcángel San Rafael, uno de los espíritus celestiales que, gozando de la beatífica y eternal presencia de Dios, se nos han manifestado nominalmente, fue enviado por divina dignación para destacar dos hechos importantes de tal protección: la curación de Sara de la opresión del demonio y la curación de la ceguera de Tobías, juntamente con la protección viandante al joven Tobías. Es por ello que la Iglesia, particularmente en España, celebra su fiesta con especial veneración; siendo muchas las instituciones puestas bajo su especial patronazgo, entre ellas, las fuerzas municipales de la Guardia Urbana y la Orden de San Juan de Dios en sus hospitales. — Fiesta: 24 de octubre. Misa propia.
Es San Rafael uno de les tres santos mílites de la corte celestial que nominalmente venera la Madre Iglesia y destaca como dignos de veneración particular. Su historia está referida en el Libro de Tobías del Antiguo Testamento. Se cuenta en dicho Libro que el santo Patriarca Tobías de la Ley mosaica destacaba por su virtud y temor de Dios, practicando todas las obras de misericordia y caridad. Permitió el Señor, no obstante, que sufriera tribulaciones y trabajos: fue cautivo en Nínive de Salmanasar, perdió sus bienes y hacienda y hasta fue condenado a muerte por el rey Senaquerib, librándose de ella mediante la fuga. Al regreso a su casa, dedicóse nuevamente a obras de misericordia.
Fatigado un día del trabajo de enterrar a los muertos, israelitas como él y víctimas de las iras del rey, quiso descansar junto a una pared, cayéndole entonces en los ojos, mientras dormía, inmundicias de un nido de golondrinas y quedando por ello ciego. Sobrellevó con admirable paciencia y resignación esta prueba del Señor, soportando hasta agravios y ofensas de su mujer y amigos, que se burlaban y hacían mofa del poco provecho que sus penitencias y virtudes le habían traído. “Todo ello le causaba profunda pena, por lo que rogaba fervientemente al Señor auxilio y consuelo. Al mismo tiempo que Tobías insistía en tales fervientes súplicas, una doncella llamada Sara, hija de Raguel, vecina de Rages, ciudad de los medos, rogaba también a Dios la librara de la desgracia que la afligía, con la muerte de sus varios esposos, apenas contraía matrimonio. Oyó el Señor las oraciones de Tobías y de Sara y envió a su Arcángel Rafael para aliviarlos.
Creyendo el anciano Tobías próxima su muerte, llama a su hijo para bendecirle, darle sus últimos consejos, que detalla prolijamente el Libro santo, y enviarle a cobrar a Gabelo, un pariente suyo, residente en Rages, una deuda de diez talentos, que otrora le prestara; a cuyo efecto vaya luego en busca de acompañante que le guíe y dirija a Rages.
Obedece el joven Tobías y, al salir de casa, encuéntrase con un apuesto joven que se le ofrece para tal viaje. Preparado todo lo conveniente, emprenden luego ambos el camino. Tras la primera jornada de viaje, aposentáronse a descansar en las orillas del Tigris, circunstancia que aprovecha Tobías para lavarse los pies.
De repente un pez monstruoso sale del río y ataca a Tobías; a las voces del joven, acude el Arcángel Rafael, que no otro era el acompañante de Tobías, y le ordena que, abrazándose al pez, lo saque del agua; y así, muerto el mismo, le dice que abra sus entrañas y le saque el corazón, la hiel y el hígado, para servirse de ellos en su tiempo; preparando el resto para alimentarse durante el camino cuando de ello tengan necesidad.
Pasando por casa de Raguel y prendado Tobías de la joven Sara, le dice el Arcángel la pida por esposa, pues no le ocurrirá como a los demás maridos habidos por ella, ya que su corazón era puro y no cautivo de la lujuria. Raguel aceptó a Tobías con grande gozo y le dio su hija única, enterado por Rafael de que sería ahuyentado el demonio, causante de los anteriores males, al cumplir el joven Tobías las instrucciones que él le diera.
Entonces saca el muchacho un pedazo del corazón del pez y lo pone sobre unas brasas encendidas en su aposento; mientras, el demonio culpable, atado por el arcángel, era conducido por el mismo a un desierto del alto Egipto, para que no perturbase más la paz de Sara, que persuadida por Tobías, y siguiendo las instrucciones de Rafael, se pasa la noche en oración para vencer así al enemigo.
Ana, esposa de Raguel, temerosa de que ocurriera como las veces anteriores, envió una de sus criadas al aposento de Sara, regresando ella con la feliz nueva de que los esposos dormían plácidamente. Celebrado al día siguiente un gran banquete de bodas, Raguel hace a Tobías cesión de la mitad de su hacienda, como dote de su hija, transmitiéndole el dominio de la otra mitad para después de su muerte.
Permanece Tobías en casa de Raguel por espacio de dos semanas, mientras Rafael realiza el encargo del anciano Patriarca, tan satisfactoriamente, que hace que el mismo Gabelo vaya a casa de Raguel a pagar a Tobías la deuda y participar en el general regocijo.
Sin embargo, en casa del Patriarca, la tristeza era grande; Ana, madre de Tobías, lloraba su tardanza; y aunque el anciano la consolaba con buenas razones, ella ascendía todos los días a una cumbre para divisar el regreso de su hijo, llorando inconsolable. Al fin, Tobías y su esposa Sara, aconsejados por Rafael, emprenden el camino de regreso al hogar de aquél, con grande acompañamiento de criados y después de haber recibido la mitad de la hacienda ofrecida, en dinero, alhajas y ganados. Avanzado el camino, Rafael insta a Tobías para que se adelante con él, anticipando el regreso, diciéndole: «Lleva contigo algún tanto de la hiel del pez, porque será necesario dentro de poco».
La madre, que observaba desde lo alto, al divisarlos, llena de alegría, avisa de ello a su esposo y entonces el perro, compañero fiel del joven Tobías que se ha acercado hasta ellos, confirma en el más grande gozo y alegría el corazón de los ancianos padres, ante la inminente llegada del hijo ausente, que les abraza seguidamente, con lágrimas de gozo y satisfacción.
Dadas gracias a Dios y ofrecidos al Señor sacrificios de adoración, toma el joven Tobías de la hiel del pez, según su acompañante Rafael le previniera, y unta a su padre en los ojos, recobrando éste entonces la vista, tan sana y perfecta desde aquel momento, como si nunca hubiera padecido ceguera.
Bendijo nuevamente al Señor el anciano y todos los suyos con gran alegría, que subió al límite cuando a los siete días entraba Sara con sus criados y riquezas. Hubo grandes fiestas y convites; y conociendo el anciano Tobías que todos aquellos bienes procedían de la mediación y bondad del guía, cuya personalidad ignoraban, dijo a su hijo: «¿Cómo podremos agradecer, hijo mío, los bienes que nos ha prodigado este joven que ha sido tu guía?».
«Padre, yo no sé, respondió el hijo, qué recompensa sea digna de él; que me llevó y trajo sano y salvo; cobró la deuda de Gabelo; hizo que Sara fuese mi esposa, ahuyentando el demonio que la atormentaba y llenando de gozo la casa de sus padres; me libertó del pez y curó a vos, padre, la ceguera, para que vierais nuevamente la luz del Cielo. Suplicadle, padre mío, se digne recibir siquiera la mitad de todo cuanto hemos traído».
Creyólo muy prudente el santo varón; y llamando a Rafael, le rogaron con encarecimiento se dignase aceptar la mitad de los bienes recibidos.
Entonces San Rafael, desvelando su secreto, les habló así «Bendecid a Dios del cielo y dadle gracias ante todo, porque ha usado con vosotros de su misericordia. Yo soy el Arcángel Rafael, uno de los siete que estamos delante del Señor».
Al oír esto, los dos Tobías se turbaron y, llenos de temor, cayeron en tierra.
San Rafael les dice entonces dulcemente: «No temáis, porque cuando yo estaba con vosotros, estaba por voluntad de Dios. Bendecidle y cantad sus alabanzas. Ya es tiempo de que vuelva al que me envió. Vosotros bendecid siempre al Señor y contad sus maravillas».
Dicho esto desapareció y no volvieron a verle.





ARCANGEL URIEL










La posición adoptada oficialmente por la Iglesia Católica en relación al culto de los ángeles se determina durante el Concilio Romano del año 745 y el de Aquisgrán, hacia 789. Allí se rechazó el empleo de otros nombres angélicos que no fueran mencionados en las Sagradas Escrituras.

Desde entonces, sólo se reconoce a los arcángeles Rafael, Miguel y Gabriel. Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa Griega también es devota del arcángel Uriel. Existen, además, documentos que mencionan otros ángeles como Letiel, Baraquiel, Alamiel o Laeiel.
Con respecto a la iconografía, una gran diferencia con otras religiones es que la doctrina católica posee abundantes registros de la imaginería angélica en el transcurso de los siglos.
Por lo general siempre se los representó como infantes o adolescentes asexuados. Durante el período medieval nunca se los pintaba aisladamente, alejados de otras criaturas, con excepción de algunas obras pertenecientes a la escuela española, italiana y flamenca, en las que San Gabriel aparece solo.


En el período renacentista las criaturas angélicas empiezan a ser retratadas de forma individual, costumbre que persiste durante el Barroco. Zurbarán y la Escuela de Sevilla prestaron gran atención a la imaginería angélica.
Cabe mencionar también que, aunque los conquistadores españoles impusieron el Catolicismo a los indígenas de la recién descubierta América, éstos hallaron en los ángeles el reemplazo ideal de muchas de sus antiguas divinidades, así que el culto angélico se difundió rápidamente.
En el período barroco, las Indias Occidentales (especialmente América del Sur) desarrollaron la iconografía y plástica de los bellos ángeles arcabuceros, que representaban soldados con vestimenta de lujo.
En el Islamismo también se rinde culto a los ángeles, que en lengua árabe reciben la denominación de mal?k, proveniente de la raíz hebrea mal?j.
La fe en las criaturas angélicas es intensa en el mundo árabe. De acuerdo con la tradición, fue Yibril o Yibrail (Gabriel, el capitán de la milicia celestial) el que se apareció al profeta Mahoma como mensajero de Alá para revelar sus verdades, tal como se describe en las escrituras coránicas.



ÁNGELES  ARCABUCEROS









Escuela Cusqueña


Denominación que reciben los artistas y pintores de Cusco en el estilo de que fue inspirado en las obras de Bernardo Bitti (1548 -1610) discípulo de Miguel Ángel, Mateo de Alessio (1547?-1631) y Angélico Medoro (1565-1632?), y fue creada por Gregorio Gamarra en 1680.

Tuvieron en común composiciones de figuras religiosas tradicionales, de primorosa decoración, con abundancia de flores y oro.

Utilizaron la técnica del "estofado" consistente en dorar sobre la tela o madera, y que luego raspaban para descubrir el dorado original.

La Escuela Cusqueña era una tradición artística que se centró en Cusco en los siglos 17 y 18, después de la conquista española de 1534. La Escuela Cusqueña es considerada como el primer centro artístico organizado en el Nuevo Mundo.

Las pinturas eran una forma de arte religioso cuyo objetivo principal era didáctico. Los españoles, que pretendían convertir a los Incas al catolicismo, enviaron un grupo de artistas religiosos españoles y europeos a Cusco. Estos artistas formaron una escuela para los indios y mestizos, enseñándoles el dibujo y la pintura al óleo.

La designación "Cusqueña", sin embargo, no se limita a la ciudad de Cusco. Estas tradiciones artísticas se extendieron a otras ciudades de los Andes, así como a Bolivia y Ecuador. El estilo cusqueño, se piensa en general que se originó en el arte del pintor Inca Diego Quispe Tito.
Las pinturas de la Escuela Cusqueña se caracterizan por la utilización exclusiva de temas religiosos, su falta de perspectiva, y el predominio de rojos, amarillos y colores tierra. También utilizaron una gran cantidad de oro, especialmente con imágenes de la Virgen María. Aunque los pintores cusqueños estudiaron el arte bizantino flamenco, de Andorra y el renacimiento italiano, sus obras eran más libres que las de sus tutores europeos que usaron colores brillantes y distorsionados, imágenes dramáticas, y representaban la flora y fauna nativa como telón de fondo en sus obras.
La mayoría de las pinturas de la Escuela Cusqueña se crearon de forma anónima debido a las tradiciones precolombinas que definen el arte como comunitario.
El artista más importante del siglo XVIII es Marcos Zapata. Su producción pictórica, que abarca más de 200 cuadros, se extiende entre 1748 y 1764. Lo mejor son los cincuenta lienzos de gran tamaño que cubren los arcos altos de la catedral del Cusco  y que se caracterizan por la abundancia de flora y fauna como elemento decorativo.


ÁNGELES ARCABUCEROS




Pintura de Nicolas Garcia de Orellana



Se conoce como ángel arcabucero a la repesentación de un ángel con arcabuz en lugar de la tradicional espada. Este estilo se desarrolló durante la colonia en América del Sur.
En la pintura virreinal del Perú  el tema de los ángeles se configura como uno de los más característicos de la escuela cuzqueña de pintura. Así, encontramos que los cuadros que los representan desarrollan este tema pictórico de un modo mucho más detallista que en el caso europeo, muestran además una gran riqueza expresiva y, en general, excelente realización.


Un tipo especial de estos ángeles, que gozó una especial difusión en el sigloXVII  en la zona del  Cuzco, (centro de origen y única ciudad donde se produjo en grandes cantidades que se distribuyeron en la zona andina y en Europa) Virreinato de Perú es el del "ángel arcabucero", es decir, un ángel vestido con ropas inspiradas en las de los soldados de la época, y armado de un arcabuzestas pinturas fueron una burla expresada por los indígenas ya que cuando ellos lo veían con esas ropas les parecía muy raro. No obstante, para la elección de los distintos ángeles los autores tuvieron bien en cuenta los escritos cristianos de la época acerca de la jerarquías  de  ángeles, y de hecho a menudo se pintan los arcangeles, tanto los oficiales reconocidos por la Iglesia (Rafael, Miguel, Gabriel) como los que vienen de la tradición (Uriel, Letiel, etc.).
En el antiguo territorio de los indios Pacajes, concretamente en la iglesia de Calamarca (a unos 60 km de La Paz en Bolivia), se muestra una de las series de ángeles provenientes del Cusco más completas que se conservan. Se trataba de un conjunto de treinta y seis cuadros pintados en la segunda mitad del siglo XVII, según aparece en un inventario de esta iglesia, datado en 1728. Actualmente podemos admirar solo una parte de ellos en dicho templo, donde se exponen actualmente tras una impresionante restauración realizada en 1993, entre ellos diez magníficos ángeles arcabuceros. Ademas de encontrar estos ángeles en Perú.Bolivia y el norte de argentina por ejemplo en la iglesia de San Francisco de puada,ubicada en la Quebrada de humahuaca,existen una decena de pinturas-también es posible contemplar varias obras coloniales envergadira en Algunos museos de España.