Surrealismo no es una técnica, en cambio surrealismo es una manera de pensar en que hay una búsqueda por y la revelación de lo irracional. Los surrealistas expresa sus ideas en poesía, pinturas, ensayos, o en su manera de vivir. Para ellos, revolución social es el primer paso en estas búsquedas y revelaciones (Matthews 46).
El movimiento surrealista coincidió con el fin de la Primera Guerra Mundial y con el comienza de la Segunda Guerra Mundial, hasta 1924 desde 1929. Organizado por doce hombres, influía mas de catorce países, y era el primer movimiento, después de romanticismo, con una influencia internacional y un auditorio internacional (Nadeau 35-43).
La Segunda Guerra Mundial provocó un exilio masivo de Europa al continente americano. A México llegó un cuantioso número de individuos; entre ellos, notables artistas e intelectuales. Dentro de este grupo, se encontraban Remedios Varo, Alice Rahon y Leonora Carrington. Lo que unía a estas tres artistas era su afiliación con el movimiento surrealista fundado por André Breton, en París, en 1924. En México, por otro lado, residían un par de pintoras que ya habían llamado la atención de los miembros de este grupo artístico de vanguardia. En 1936 Antonin Artaud –uno de los fundadores del colectivo surrealista- visitó México y se interesó de manera considerable en la obra de María Izquierdo; escribió un texto sobre su trabajo y se llevó de vuelta a París varias de sus acuarelas con el fin de montar una exposición. En 1937, Breton conoció en París a Frida Kahlo y, también, desarrolló una fascinación hacia su pintura. Un año más tarde, viajó a México y convivió con ella y con su esposo Diego Rivera. A su regreso a Francia, el poeta montó una exposición dedicada al país, titulada Mexique, en la que incluyó dos trabajos de la artista. Además, con el exilio de la Segunda Guerra Mundial, llegaron varias artistas provenientes de otras latitudes que, una vez en México, desarrollaron una producción de fuerte inspiración surrealista; Kati Horna y Bridget Tichenor son un par de ellas.
De esta forma se consolidó en México un grupo de artistas, mayoritariamente mujeres, relacionadas con el surrealismo, aunque algunas de ellas –como Kahlo o Izquierdo– nunca se identificaron totalmente con dicho movimiento. Más allá de cualquier afiliación, la producción de este grupo de artistas guarda ciertas similitudes: un interés en las culturas antiguas –de este continente o de otras partes del mundo; un afán de explorar cuestiones relativas a la identidad –ejemplificado en las máscaras que generalmente aparecen en sus obras; y una vocación crítica hacia la sociedad, principalmente sobre el lugar ocupado por la mujer. Del mismo modo, desarrollaron en sus obras géneros y temas similares, como composiciones de objetos a la manera de naturalezas muertas –donde se manifestaba la dimensión simbólica de las cosas–; o el paisaje que, generalmente, remitía a un mundo interior.
La exposición Remedios Varo y sus contemporáneas busca entretejer estas afinidades y puntos en común mostrando la obra de Varo junto a distintos trabajos de Carrington, Horna, Izquierdo, Kahlo, Rahon y Tichenor. Además se incluye una pieza de Jacqueline Lamba, esposa de Breton, quien visitó México en 1944. Durante este viaje realizó varias obras, un ejemplo de estas es la que se incluye en la muestra. El conjunto de las obras en exhibición permitirá al visitante encontrar más coincidencias y similitudes entre estas artistas que las que están señaladas. Sin embargo, y sobre todo, el público podrá apreciar el significativo legado y la sobresaliente producción de este grupo de artistas mujeres, relacionadas con el surrealismo, que se estableció en México durante la segunda mitad del siglo XX.entro de este grupo, se encontraban Remedios Varo, Alice Rahon y Leonora Carrington. Lo que unía a estas tres artistas era su afiliación con el movimiento surrealista fundado por André Breton, en París, en 1924. En México, por otro lado, residían un par de pintoras que ya habían llamado la atención de los miembros de este grupo artístico de vanguardia. En 1936 Antonin Artaud –uno de los fundadores del colectivo surrealista- visitó México y se interesó de manera considerable en la obra de María Izquierdo; escribió un texto sobre su trabajo y se llevó de vuelta a París varias de sus acuarelas con el fin de montar una exposición. En 1937, Breton conoció en París a Frida Kahlo y, también, desarrolló una fascinación hacia su pintura. Un año más tarde, viajó a México y convivió con ella y con su esposo Diego Rivera. A su regreso a Francia, el poeta montó una exposición dedicada al país, titulada Mexique, en la que incluyó dos trabajos de la artista. Además, con el exilio de la Segunda Guerra Mundial, llegaron varias artistas provenientes de otras latitudes que, una vez en México, desarrollaron una producción de fuerte inspiración surrealista; Kati Horna y Bridget Tichenor son un par de ellas.
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Daniel Garza
Curaduría MAM.
Daniel Garza
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